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Ruta Fuciño do Porco

  • Foto del escritor: Turistela
    Turistela
  • 24 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Aprovechando la nueva normalidad y el festivo de San Juan, nos fuimos a hacer la ruta de Fuciño do Porco, que teníamos muchísimas ganas.

Os situo: Fuciño do porco queda en la costa norte de Galicia, siendo ya mar Cantábrico. En la comarca lucense de O Vicedo, se utiliza para acceder la carretera LU-862 que lo une con Viveiro. Su nombre oficial es Punta Socastro, aunque se conozca como Fuciño do porco (hocico de cerdo) que sigo buscando la procedencia de tan curioso nombre...

Se trata de una pequeña ruta que en realidad era una vía de acceso para los técnicos del mantenimiento de las señales marítimas, pero desde 2017 lo reconvirtieron en ruta turística poniéndole una pasarela de madera con barandillas, puentes y escaleras para facilitar el acceso hasta la punta del acantilado.


Al llegar al comienzo, donde aun es carretera, hay que dejar el coche ya que solo pueden subir los vehículos autorizados. En la entrada encontraréis un pequeño bar y una tiendecita de juguetes y decoración artesanal, como las típicas ambulantes de los mercadillos medievales. Para nosotras fue de utilidad, así localizamos enseguida dónde aparcar, aunque está bastante bien señalizado.

El primer tramo de kilómetro y medio (lo hicimos en unos 15 minutos) es por pistas de tierra, fácil, cuesta arriba y con unas preciosas vistas de los acantilados y el bosque de eucaliptos. Hay dos cruces por los que se pasa que tienen un banco de madera y, siguiendo la lógica, se coge siempre el camino que va hacia arriba. Pero si queréis alargarlo, en el primer cruce se puede coger hacia la derecha (cuesta abajo) y se llega a la caleta de Alegrín, que aquí se echa en falta la señalización indicándolo.


Al llegar a la cima hay una pequeña explanada que es un castro tapado con bancos de madera y la señalización de la ruta Fuciño do Porco. Ahora sí, bajando la cuesta llegaremos al inicio de la pasarela de madera que ya no dejaremos hasta llegar al final, donde encontraremos la baliza marítima que se enciende por las noches y emite un destello cada cinco segundos.

Esta parte de la pasarela tardamos casi 40 minutos en recorrer los dos kilómetros y medio de ida porque paramos a hacer fotos y dejar pasar a la gente que venía de vuelta. Pero ya el regreso lo hicimos en la mitad de tiempo.

Es de baja dificultad y solo hay que ir con calzado cómodo. Eso sí, la parte de la pasarela no es apta para carros de bebés ni minusválidos. En total pasamos allí una hora y media, y tuvimos suerte que el día estaba soleado para tener unas magníficas vistas. Hay que tener en cuenta que no hay ni una sombra una vez se llega a la pasarela.


IMPORTANTE: debido al covid, a partir del día 1 de julio de 2020 habrá que pedir cita previa por internet para acudir y solo se permitirán grupos de 25 personas cada 45 minutos, por lo que recibirá un máximo de 425 personas al día. El horario, si no hay cambios, será desde las 9 de la mañana a las 9 de la tarde. Seguirá siendo gratuito, pero pondrán personal del Concello en la explanada del castro (donde están los bancos al inicio) para comprobar que se lleva la confirmación de reserva en pdf en el móvil o impresa.

Podéis acceder al portal oficial de citas aquí (https://puntafucinodoporco.gal/).


Como extra: a escasos dos kilómetros tenéis la playa de Abrela, se ve desde donde dejamos el coche. Esta playa tiene arena fina, pinar con sombra, mesas con bancos de piedra en plan merendero, un bar y mucho sitio donde aparcar. La verdad es que me sorprendió que el agua no estaba tan fría y pude meterme, lo dice una que nunca se baña en las playas gallegas.


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