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"Todo esto te daré" - Dolores Redondo

  • Foto del escritor: Turistela
    Turistela
  • 18 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 2 jul 2020

Hoy os recomiendo Todo esto te daré, una novela de Dolores Redondo que fue premio Planeta en 2016. Motivos para leerla hay muchos, por algo tiene un gran reconocimiento, pero detalles que me han gustado: ambientada en Galicia, un protagonista que no suele ser habitual y un misterio que resolver. Que es un novelón de 600 páginas en formato tapa dura, pero una vez empiezas ya no quieres parar y acabas leyéndolo en unos días.


Manuel, un escritor de éxito, recibe una mañana la visita de la Guardia Civil con una de esas noticias que nadie queremos recibir: su marido, Álvaro, ha fallecido en un accidente de coche en Lugo. A partir de ahí todo el mundo de Manuel se tambalea. ¿Qué hacía Álvaro en Galicia si tenía que estar en Barcelona? ¿fue un accidente o realmente un asesinato como cree el insector jubilado Nogueira? ¿por qué tenía Álvaro una doble vida de la que Manuel no sabía absolutamente nada? Tantísimas preguntas sin respuesta ya solo en los primero capítulos, que poco a poco irán esclareciéndose a la vez que se formulan nuevas. Durante toda la lectura haces tus propias conclusiones, unas más acertadas que otras.





Encontrarse de pronto con una herencia desconocida y cuantiosa, una familia política que no lo adora precisamente y un peligro del que no es consciente aun.

La suegra (conocida como El Cuervo o señora marquesa) es un ser inhumano, ante todo importa el estatus social y el dinero, considera a sus hijos unos fracasados y tiene el alma podrida. Cumple bien el refrán de "rezando, rezando, y con el mazo dando".

Nogueira es el típico caimán de la Guardia Civil, recién jubilado y amante del buen comer. Que tiene sus razones personales para no soltar el caso y seguir investigando por su cuenta y, aunque empiezan con mal pie, acabará formando un buen equipo con Manuel.

Lucas, el joven cura que lo parece hasta cuando no lleva alzacuellos. Amigo de toda la vida de Álvaro, confesor de la gran familia y el que ayudará a Nogueira y Manuel, formando así un curioso trío de investigación.

Santiago, el hermano de Álvaro, es el que más palos se lleva desde pequeño. Frágil, agresivo, caprichoso... pero que toda su conducta de adulto se entiende según se van descubriendo sucesos del pasado. A ver ¿cómo va a salir alguien normal en esa familia con la madre que les ha tocado tener?

Los demás dejaré que se vayan presentando solos a lo largo de la novela...


Reconozco que he intentado alargar lo máximo posible el libro. Quería saber qué le pasó a Álvaro y por qué, pero no quería que se acabara. Seguir las pistas, llegar a callejones sin salida, encontrar nuevos indicios... Podrían hacer una buena serie (que no sería la primera obra de la escritora Dolores Redondo que llevan a la pequeña y gran pantalla).


Cuando el demonio tentó a Jesús con poner el mundo a sus pies, le dijo: "Todo esto te daré si postrándote ante mí me adoras".

Contenido extra: la novela nombra muchos sitios que he visitado, pero en concreto hay uno al que fui hace dos años, un sitio al que ya vas cuando pierdes toda esperanza en lo científico y abogas por lo místico. El Santuario de Nuestra señora del Corpiño, donde en la novela está destinado Lucas como cura. Hay miles de historias de este lugar, que yo he escuchado más curaciones milagrosas que exorcismos, pero ya nunca se sabe. Cuando fui recuerdo ver gente de rodillas dando vueltas a la iglesia para dar las gracias por haberse cumplido su petición. Como en muchos otros sitios, se pone una vela con la forma del cuerpo donde está el mal (o de cuerpo entero) y se mete dentro un papel con el nombre de la persona afectada. Después se reza la plegaria propia, que a nosotros nos facilitaron en una estampita al comprar la vela en la tienda que hay al lado. Eso sí, ya no se puede encender las velas dentro por seguridad, pero hay una pequeña capilla al lado de la tienda donde se puede dejar.

Os dejo dos fotos: la fachada del santuario que en el libro nombra las escalinatas, y el "campo da festa" que hay justo delante, donde Manuel arranca trozos de corteza a los plataneros de paseo que dan sombra.



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